Pese a su nombre común, 'oreja de elefante', este ejemplar de orquídea que acaba de florecer en el Orquidario de Estepona, no es robusta, ni áspera, ni resistente como se podría esperar de la oreja de este animal. Si no todo lo contrario. Esta flor exige condiciones muy especiales en cuanto a luz, humedad relativa y temperatura, por lo que son muy valoradas tanto por los coleccionistas de orquídeas como por botánicos.

Se trata de la orquídea más grande de la familia de las 'Phalaenopsis', y su principal característica es que cuenta con unas hojas de gran tamaño que la hacen singular como especie. Este tipo de orquídeas puede alcanzar un tamaño descomunal, con hojas que alcanzan los 90 centímetros de longitud y los 40 centímetros de ancho, en las cuales podría ocultarse un bebé.

El director botánico del orquidario, Manuel Lucas, explica que es un ejemplar muy raro «porque ocupa mucho espacio y no es corriente que los coleccionistas las cultiven». 

Sus flores son grandes, vistosas, con bellas franjas de rojo granate sobre un fondo de color amarillo pálido, y un agradable perfume. Además, esta planta tiene la particularidad de que crece hacia abajo, por lo que los visitantes observarán las raíces y hojas en la parte superior mientras que las flores cuelgan desde el interior. La 'Phalaenopsis Gigantea' que acaba de nacer e es originaria del norte de la isla de Borneo, concretamente de zonas conocidas como Merutai y La Montaña del Tigre.

Su rareza no sólo radica en el tamaño de sus hojas sino en las dificultades para su floración. Lucas señala que debe estar a una temperatura mínima de 16 grados «y cuando está a 30 grados es feliz como una perdiz». Por estas exigentes condiciones el Orquidario sólo expondrá la planta por las mañanas y cuando el día sea caluroso, pues no soporta el frío. El resto del tiempo, después del mediodía, la flor permanece bajo constante vigilancia y calefactada en el despacho del director. «Para nosotros cada planta es una persona, un objeto de cuidado y nos desvivimos para protegerlas», comenta Lucas, que añade que las floraciones de estos delicados ejemplares «son como la felicidad: no se fuerza la felicidad, cuando ellas se sienten bien, te regalan la floración». 

Esta 'oreja de elefante' ha tardo un año en ser totalmente feliz. Un tiempo reducido pues deben darse además toda una serie de condiciones especiales. Se han dado casos en los que esta planta ha tardado hasta cinco años en florecer. Desde el Orquidario insisten en el hecho de que conseguir que estos ejemplares tan extraños muestren toda su belleza a través de las flores es mérito del trabajo de los técnicos de esta instalación. «Observamos y tratamos de saber qué nos dice cada planta para alcanzar su máximo esplendor», recalca Lucas.

Según el director, puede ser que la 'Phalaenopsis Gigantea' permanezca florecida durante dos semanas, si el tiempo acompaña, aunque teme que la ciclogénesis explosiva que amenaza la península pueda acortar los plazos.

El Parque Botánico Orquidario alberga especies únicas. El pasado mes de junio floreció el primer ejemplar de 'Amorphophallus prainii', o flor cadáver, procedente del sudeste asiático de la familia de la flor más grande del mundo. Esta especie, que floreció por primera vez en un parque público de España, se caracteriza por su belleza y por un desagradable olor a carne podrida que utiliza para atraer a los insectos.